miércoles, 27 de febrero de 2013

El escultor de materia invisible

El físico Édgar González manipula diversos tipos de materia. Talla con sumo cuidado nanopartículas de metales, óxidos y carbono, que convierte en figuras geométricas. Estos trozos de materia que fabrica en el laboratorio exhiben propiedades diferentes y muy novedosas, que pueden aplicarse en todos los campos.
González, director del grupo de investigación de nanociencia y nanotecnología del Instituto Geofísico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Javeriana, es un experto en la creación de nanomateriales que sirven, por ejemplo, para producir filtros descontaminantes, prendas de vestir con propiedades de autolimpieza, bloqueadores solares más eficientes y revestimientos para descontaminación bacterial en hospitales y clínicas.
Estos nanomateriales, por su tamaño, composición y morfología, son óptimas para aplicaciones biomédicas.
González se ha vuelto un 'mago' creando esferas dentro de cubos, cubos huecos dentro de cubos, telarañas, nanotubos de paladio y nanocajas.
Estos materiales están en escalas por debajo de 100 nanómetros. Este trabajo de escultura atómica dio origen a una nueva generación de nanomateriales, como lo resalta el científico alemán Wolfgang J. Parak, en un artículo en Science titulado 'Complex colloidal assembly' (Complejo ensamblaje coloidal).
Para mejorar salud El grupo de investigación del doctor González trabaja en tres líneas: nanoestructuras para remediación ambiental; transporte y entrega de forma controlada de medicamentos y mejoramiento de la eficiencia en la producción de energía limpia. En el primer caso, están desarrollando un nanosensor para detectar el arsénico en agua contaminada y removerlo. Como no es visible, se utilizan nanopartículas magnéticas que puedan ser arrastradas con el uso del magneto y que estén capacitadas para reconocer y capturar al contaminante
En el transporte y entrega controlada de fármacos, ya están diseñando nanojaulas de oro, en forma de cubo, con la capacidad de encapsular medicamentos. También, con la propiedad de reconocer y adherirse a células cancerígenas, a partir de un polímero sensible al calor que recubrirá su superficie. Por eso, a través de la simulación computacional, están estudiando la eficacia de este tipo de transporte. La idea es que los oncólogos del país puedan contar con estas nanojaulas en un futuro. Esta nanoestructura, en particular, la desarrollan en conjunto con investigadores de la Universidad de los Andes y del Instituto Catalán de Nanotecnología.
Más información en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-6028601

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