lunes, 27 de agosto de 2012

Una solución a pequeña escala de gran impacto

En los primeros días de la tecnología informática, interruptores mecánicos se utilizan para operaciones computacionales. "No se puede obtener cálculos rápidos utilizando interruptores mecánicos", dijo Siva­sub­ra­manian Somu( científico investigador en: Northeastern's Center for High-​​rate Nanoman­u­fac­turing).
A pesar de su relativa economía, las plantas de fabricación de CMOS(semiconductor complementario de metal-óxido, ocupado para la fabricación de circuitos integrados) cuestan alrededor de $50 mil millones de dólares.
En lugar de requerir varios pasos de fabricación de adición y eliminación de material, como en el caso de CMOS, el ensamblaje directo es un proceso  únicamente aditivo, que se puede hacer a temperatura y presión ambiente. Una planta de fabricación basado en esta tecnología, podría ser construido con aproximadamente $ 25 millones de dólares.


El equipo de investigación de CHN (Center for High-​​rate Nanoman­u­fac­turing) logró crear un inversor complementario utilizando disulfuro de molibdeno y nanotubos de carbono, en escala nanométrica este material empieza tener características de transistor, importantes para realizar un buen inversor.
El éxito representa un paso hacia la meta final de CHN permitiendo crear pequeñas y medianas empresas para desarrollar nuevas tecnologías,  basadas en microchips. Los resultados de la investigación fueron reportados en un artículo recientemente publicado en la revista Nanotechnology.
Revista
Fuente

Chip creado ocupando disulfuro de molibdeno

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