lunes, 11 de febrero de 2008

Una nueva membrana que imita los poros encontrados en las plantas tiene aplicaciones en el agua, energía y en la moderación de los cambios de clima.


Esta investigación es bastante interesante. En la revista internacional Science se anunció en octubre pasado, una nueva membrana plástica que permite que el dióxido de carbono y otras moléculas pequeñas se muevan a través de poros en forma de reloj de arena al tiempo que impide la circulación de moléculas grandes como el metano. La separación de dióxido de carbono del metano es importante en el procesamiento de gas natural y de recuperación de gas de los vertederos. Este nuevo material fue elaborado como parte de una colaboración internacional de investigadores de la Universidad de Hanyang, en Corea, la Universidad de Texas y el CSIRO, a través de su insignia “Water for a Healthy Country”. “Este plástico ayudará a resolver los problemas de separación de moléculas pequeñas, ya sea relacionadas con la tecnología de carbón limpio, la separación de los gases de efecto invernadero, el aumento de la eficiencia energética en la purificación del agua o la producción y el suministro de energía a partir de hidrógeno”. Mencionó el Dr. Anita Hill de CSIRO.
"La capacidad del nuevo plástico para separar pequeñas moléculas supera los límites de cualquier plástico convencional”. Además dijo que:"Se puede separar el dióxido de carbono del gas natural unos cientos de veces más rápidamente que las actuales membranas de plástico, haciendo su rendimiento cuatro veces mejor en términos de pureza de la separación del gas". El secreto de la nuevo plástico radica en la forma del reloj de arena de sus poros, que ayudan a separar las moléculas más rápido y utilizar menos energía que otras formas de poro. En las membranas celulares vegetales, en forma de reloj de arena los poros conocido como “aquaporins” conducen selectivamente las moléculas de agua dentro y fuera de las células, impidiendo al mismo tiempo el paso de otras moléculas, como la sal. La investigación muestra cómo el plástico se puede ajustar sistemáticamente para bloquear o pasar moléculas diferentes dependiendo de la aplicación específica. Por ejemplo, estas membranas pueden ofrecer un método de bajo consumo de energía para la extracción de la sal del agua, el dióxido de carbono a partir de gas natural, hidrógeno o de nitrógeno.
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